Historias de la Pasion de San Mateo / Ramon Maria Gieling 2015

Con el enunciado: “El mejor invento que ha creado el hombre es Dios”, da comienzo el último trabajo del prestigioso documentalista Ramón Gieling. Una afirmación ateísta en un documental sobre la Pasión de San Mateo compuesta por Johann Sebastian Bach advierte el tono polifacético e irónico del largometraje. El alegato de Gieling pone en evidencia el innecesario espíritu litúrgico en cuanto a la recepción de la Pasión. El mismo director contestó en el coloquio del IFFRLive a propósito de esta cuestión: “sería injusto que sólo los protestantes gozaran y entendieran la Pasión de San Mateo de Bach. Bach es ante todo música, y la música es sinónimo de humanidad”. Erbarme Dich – Matthäus Passion Stories es una película coral que recoge los acercamientos íntimos a la Pasión de Bach llevados a cabo por distintas personalidades. Concretamente se centra en una de las arias más dolientes y devastadoras de la tradición musical: el Erbarme Dich. Parafraseando a Gieling: “el Erbarme Dich describe el sufrimiento humano, la experiencia universal del sufrir, no la Historia del Cristianismo”. Los testimonios —ligados o no al mundo de la música o de la religión— desnudan sus almas frente a la cámara para hablar de sus experiencias biográficas más traumáticas. Situaciones comprometedoras como la pérdida de una hija, el fracaso de una relación paternofilial, el fallecimiento del padre de un compañero o abortos no cometidos. Los personajes reales narran sus desmoronamientos vitales confesando que sin la existencia de Bach no los hubiesen superado. Aunque el concepto del llanto y la piedad estén presentes en todo el filme, Erbarme Dich – Matthäus Passion Stories es un manifiesto vitalista, a favor de la musicoterapia. Por otro lado, el documental adquiere elementos de la ficción al representar el argumento de la Pasión de San Mateo con unos interpretes inauditos. La solemnidad del documental se difumina con la aparición de anónimos sin techo disfrazados que acuden a diario a un sótano desmantelado para ensayar la Pasión junto con la Pieter Jan Leusink’s Bach Choir & Orchestra. Se trata de una hibridación perfecta, idéntica a la que consiguió Pier Paolo Pasolini en su cortometraje La ricotta (1962), donde aparecían imágenes ajenas a la trama protagonizados por Orson Welles y decenas de actores no profesionales que escenificaban pasajes del Evangelio según San Mateo. | ★★★★★ |
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